Editorial Pensamiento Policial***QUE DEL DEBATE SALGA LUZ Y EN ABUNDANCIA***CON MAS OPTIMISMO QUE AYER Por primera vez, durante la actual gestión, el pueblo, a través de una encuesta respalda el accionar operativo de la Policía Nacional Civil. Esto no se veía desde finales de la década de los 90.....

miércoles, 27 de octubre de 2010

SEGURIDAD ¿Y LOS VECINOS QUE HACEN? EL EJEMPLO DE NICARAGUA

En Nicaragua que también vive una post guerra y, que es considerado uno de los más pobres de la zona, los índices delincuenciales son sumamente bajos, no solo con relación a El Salvador sino con la mayoría de países del Continente.

Es el tercer país en América Latina, con menos índices de homicidios, extorsiones y secuestros en América Latina, después de Costa Rica y Uruguay , de acuerdo a prestigiosos organismos internacionales, entre ellos, Índice Global de la Paz (IGP)

Datos oficiales, indican que Nicaragua registró en los últimos años, un promedio de 13 homicidios por cada 100.000 habitantes, en tanto que en El Salvador hubo 76. Y la proyección es que en el 2010 las estadísticas serán igual.

Las maras, incluso, no son un problema. Cuando Saúl Antonio Turcios, (alias el 13) uno de los cabecillas de la MS 13 trató de contaminar Chinandega, fue detectado por los vecinos, neutralizado inmediatamente por la Policía de ese país y deportado a El Salvador, a mediados del 2009

De hecho la directora de la Policía, Aminta Granera, acaba de declarar a la prensa que su país es un "paraíso en seguridad" con respecto al resto de Centroamérica (considerada por el PNUD como la zona más peligrosa del mundo).

Al respecto, un compatriota que recién visitó Nicaragua, preguntó a un taxista ¿Por qué? Y este le respondió: “Y diay jodido, porque aquí todos nos conocemos”. Coincidentemente, el Embajador salvadoreño dijo que la clave es que la población se organiza en la comunidad.

Desde luego que no existen realidades iguales y, por lo mismo, no se pueden hacer traslaciones mecánicas.

No obstante, hay un factor que es válido, aquí en la China para neutralizar a los malhechores el rol de los vecinos y las vecinas es fundamental.

Para las autoridades salvadoreñas, esta modalidad no es ajena. Uno de los carriles de la política de estado para combatir el flagelo, anunciada en junio de 2009, fue precisamente la creación de los Comités Municipales para la Prevención de la Violencia en donde la vecindad juega un papel preeminente.

Estos organismos multisectoriales locales, incluidos por su puesto los gobiernos locales y la PNC, de los cuales a la fecha se han constituido cerca de 240, persiguen identificar y atacar los factores de riesgo de la delincuencia; simultáneamente, vale comentar, comenzó el plan piloto de Policía Comunitaria (PIPCOM).

Las autoridades, que a inicios de gestión no se comprometían con plazos para disminuir el flagelo (no estamos casados con metas “cortoplacistas”, repetía el director de la PNC, Carlos Asencio) ahora con la misma prudencia están hablando de que hay signos que indican que el fenómeno va en caída en casi todas sus figuras.

Y una de las razones, aparte del paquete de medidas que llevan a cabo la Policía con el apoyo de las Fuerza Armada y, las acciones oportunas adoptadas por los centros penales, entre otras, el papel de los comités en cuestión, sin duda, tienen que haber contribuido.

Pero no lo suficiente. Tal como lo dijo el Alcalde de Suchitoto en ocasión de una masacre perpetrada en un rio de esa jurisdicción. "Todavía sentimos no mucha participación de todos los actores. Hay quienes exigimos que haya seguridad, pero no nos sumamos a los esfuerzos de todos".

En el Salvador, el papel preponderante que representa el accionar vecinal para neutralizar el crimen es deficitario. Los parroquianos y parroquianas deben, solidariamente, protegerse a sí mismos, a la comunidad y a la Patria, organizándose y detectando con responsabilidad el mal y denunciándolo ante quien corresponde

Los medios de comunicación pueden ayudar a crear esa conciencia. La consciencia de que las autoridades están poniendo su parte y que los vecinos y las vecinas tienen que poner la suya. (FIN)

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