2010-02-12
Amplias publicaciones periodísticas, que dan cuenta de salvadoreños involucrados o presuntamente involucrados con el crimen organizado, acentuaron en los últimos días el debate en torno a esta peligrosa modalidad delictiva de alcance internacional.
En Guatemala ex policías y políticos fueron penados hasta con más de 200 años de cárcel por el asesinato de diputados salvadoreños cuyo cabecilla habría sido, también, un ex parlamentario nacional.
Ex oficiales habrían robado armas a la misma Fuerza Armada y entrenado a pandilleros a fin de favorecer el narcotráfico extra fronteras, mientras un ciudadano fue condenado por el lavado de 13 millones de dólares.
Estos y otros casos relevantes reciben un amplio tratamiento periodístico pocos meses después que la Policía Nacional Civil decomisara cerca de 15 millones de dólares en efectivo --y un tanto igual en especie-- y metiera a la cárcel a integrantes de poderosas bandas de narcotraficantes.
“El crimen organizado va infiltrándose por donde puede”. Este es el título de un editorial de La Prensa Grafica publicado la víspera en el que aborda el posicionamiento, cada vez con más fuerza, de esta variable delictiva.
En paralelo los “medios” acogieron la exhortación del Presidente de la Republica, Mauricio Funes, a defender y fortalecer el estado democrático pera no correr el riesgo de “convertirnos en un narco estado”.
Evidentemente, el crimen organizado ha alcanzado niveles preocupantes. Desde hace poco más de dos décadas comenzó a adquirir tal poder que no pocos especialistas hablan de que se trata una amenaza global. Ya no son sólo aquellas mafias que ejercían su poder criminal en naciones o puntos geográficos específicos.
Sus variables suman una veintena, mismas que van desde el lavado de dinero, robo y ventas de niños, tráfico de órganos humanos, robo y hurto de vehículos, narcotráfico, corrupción de funcionarios o políticos hasta la venta de materiales y tecnologías nucleares.
Y sus ganancias son exorbitantes. Sólo el narcotráfico, de acuerdo a la ONU e INTERPOL, mueve entre 300 y 500 mil millones de dólares al año, cantidad suficiente para minar economías y atentar contra las democracias y la gobernabilidad de algunas naciones.
En ese contexto, el continente americano se ha constituido en uno de los mayores escenarios del mundo en donde operan las diversas variables de ese crimen, ciertamente el narcotráfico.
Los países del norte son fuertes consumidores de droga y los del sur fuertes productores. Y cuando hacen negocio Centroamericana, México y del Caribe se constituye en un puente estratégico; a la vez estos países también se están convirtiendo en potentes consumidores de droga.
De acuerdo a expertos, existen indicios también, de que a raíz de golpes asestados en México y Colombia, la narcoactividad se estaría trasladando a Centroamérica, apoyándose en grupos criminales autóctonos como las “maras”. La teoría de la vejiga: cuando se aprieta por un lado se infla por otro.
Pero, en la medida que estas asociaciones han venido sofisticándose, asimismo, los países de la región en coordinación con agencias internacionales, han venido uniendo esfuerzos para crear y ejecutar estrategias conjuntas en el combate al crimen organizado. Y no son pocos los resultados como es dominio público.
Justo en la coyuntura, en que el debate en torno al tema adquirió mayor calor, se realizó en San Salvador la XVIII Reunión de Directores de Policía de Centroamérica, México y el Caribe, en donde justo se afinó la estrategia para combatir conjuntamente el crimen organizado y se eligió presidente del organismo regional, por unanimidad, al director de la PNC, Carlos Ascencio.
Tal como lo apuntado, en El Salvador, por ejemplo, la PNC ha dado fuertes golpes al crimen organizado y otros casos están en proceso de investigación cuyos detalles no se pueden revelar por razones obvias.
Lo que está claro es que la PNC trabaja arduamente en las diferentes líneas de investigación sin distingos de ninguna naturaleza.
El crimen se ha internacionalizado como nunca antes, ultrajando a nuestros pueblos, pero asimismo, se les ha propinado y se les seguirá propinado fuertes golpes en virtud de la profesionalización de las policías nacionales y a la coordinación de estas con sus pares de la región.
La re ingeniería, que en El Salvador lleva a cabo la Subdirección de Investigaciones de la PNC, así como la estrategia conjunta a impulsar por parte de los países de la región, Centroamérica México y el Caribe, son poderosas razones para esperar que la impunidad, de la que todavía gozan algunos, no será un asunto eterno. (FIN).
No hay comentarios:
Publicar un comentario