Editorial Pensamiento Policial***QUE DEL DEBATE SALGA LUZ Y EN ABUNDANCIA***CON MAS OPTIMISMO QUE AYER Por primera vez, durante la actual gestión, el pueblo, a través de una encuesta respalda el accionar operativo de la Policía Nacional Civil. Esto no se veía desde finales de la década de los 90.....

jueves, 14 de abril de 2011

CRIMEN ORGANIZADO (2)

2011-06-05

Aunque es un hecho desde hace cinco meses, no todos los salvadoreños saben que el Director de la Policía Nacional Civil (PNC), Carlos Ascencio, fúnge como Presidente de la Comisión de Jefes y Jefas de de Policía de Centroamérica, México, el Caribe y Colombia.

Los titulares de las policías de la región lo eligieron por unanimidad durante una cumbre realizada en esta capital en noviembre pasado.

La elección sin duda, es un privilegio y un reconocimiento al trabajo que lleva a cabo la corporación bajo su mando, pero sobre todo es un reto de grandes proporciones, porque no es cualquier objetivo el que persigue el ente zonal.

Persigue combatir de forma con junta el crimen organizado transnacional en todas sus variables como el narcotráfico, robo y hurto de vehículos, trata de personas, incluidos niños y al fenómeno de las pandillas.

Hace poco, Ascencio presidió una reunión del organismo en Bogotá Colombia, en donde se acordó el plan operativo de 11 líneas, justo en momentos en que en el ambito internacional, los organismos de seguridad cualifican formulas para combatir con mayor eficacia el delito extra fronteras.

Es obvio que el titular de la PNC y en general los integrantes del Gabinete de Seguridad salvadoreño, no están frente a cualquier tarea, puesto que la región es, por su condición geográfica, un puente natural para el trasiego de droga, de personas y demás formas que caben en el crimen transnacional.

No es casual que el Triangulo Norte, integrado por (Honduras, El Salvador y Guatemala), sea la zona más “mortífera” del mundo, incluso más que Irak, como lo señala el Jefe del Comando Sur de EE. UU. Douglas M. Fraser.

Agrega Frazer: “El daño causado por el crimen organizado a la seguridad hemisférica es más visible en América Central, donde las pandillas realizan actividades ilícitas con impunidad casi completa, causando niveles sin precedentes de violencia"'.

Estamos frente a uno de los peores flagelos de la contemporaneidad. Frente a un verdadero “ejército". De acuerdo a agencias especializadas solo los narcotraficantes mueven anualmente entre 300 mil y 500 mil MDD, mientras los que se dedican a la trata de personas, entre 600 mil y 700 mil MDD,

Pero no hay buenas noticias para estos delincuentes. Las autoridades nacionales e internacionales, como queda dicho, preparan estrategias para propinarles nuevos y fuertes golpes. Veamos algunos.

Además del (1) ya mencionado compromiso adquirido en Bogotá por las autoridades de la región, presidida por el Sr. Ascencio, (2) las autoridades discuten el destino de 200 MDD donados por el Presidente Barakc Obama para combatir el crimen organizado en Centroamérica.

En el caso específico de El Salvador, (3) continúa la reingeniería de la sub Dirección de Investigaciones (últimamente se dotó de equipo de punta a las 22 delegaciones) (3) Avanza la instalación de un centro de escuchas telefónicas y (4) se discute integrar una comisión investigadora del crimen organizado con el auspicio de la ONU.

(5) También se trabaja en un anteproyecto de Ley para que la policía pueda acceder a bases de datos privados como ocurre en países desarrollados. (6) modernizar el Sistema de Emergencia 911 y, entre otros en (7) dotar a los puestos policiales fronterizos con equipo superior, tecnológicamente hablando.

Por otra parte, a inicios de junio se reunirán en esta capital los titulares de AMERIPOL (organismo que agrupa a todas las policías del Continente incluida la de Estados Unido) en donde seguramente se abordará el tema que nos ocupa, la cual coincidirá con un encuentro de la Organización de Estados Americanos (OEA).

No es fácil la tarea que corresponde a El Salvador en el contexto de la lucha frontal en contra del crimen organizado que cada vez opera en colaboración con los principales enemigos de la paz, es decir las maras o pandillas, pero tampoco es imposible, tal como la ciudadanía lo ha visto y lo seguirá viendo con más fuerza.

En el argot popular, a los que delinquen en menor cuantía se les llama “gatos” o “roba gallinas”, pues no son gatos ni roba gallinas, a los que referimos en este editorial, sino a aquellos que al amparo de subterfugios de cualquier índole amasan fortunas ilegales y matan gente.

Todos las estrategias que actualmente se están cuajando o refrescando en la región y en especifico en El Salvador para combatir esta forma de crimen sofisticado y despiadado permitirá más temprano que tarde castigar a los impunes (FIN)

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